Presencia militar para cubrir el déficit de soberanía en la Amazonia

 

La escalada de presiones internacionales en respuesta a la nueva política ambiental-indígena del gobierno brasileño y su firme defensa de la Amazonia que tanto indignó al presidente de Francia, Emmanuel Macron, llegando al extremo de cuestionar la soberanía brasileña sobre la región, provocó un extraordinario despliegue militar; esta es de hecho la única reacción efectiva para cubrir el déficit de soberanía al que fue sometido el país por las estructuras del gobierno mundial mediante la acción de una poderosa red de ONG, que efectivamente ocupó el territorio amazónico.

 

El concepto de déficit de soberanía fue acuñado por el general Eduardo Villas Bôas, ex comandante del Ejército, y actualmente asesor del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI), para referirse al régimen de soberanía limitada, uno de los pilares del Nuevo Orden Mundial lanzado por el presidente George Bush en la Guerra del Golfo de 1991. Un acontecimiento que puso en alerta a las mismas Fuerzas Armadas iniciando un dislocamiento hacia la región amazónica.

 

De hecho, no existe posibilidad de proteger la vasta área sin una fuerte presencia del Estado, no únicamente como fuerza de fiscalización, sino como agente principal de desarrollo económico y social, mediando la participación de la iniciativa privada nacional y extranjera, así como la necesaria cooperación internacional. La tarea al frente es remover la usurpación colonial que se le impuso al país desde finales de la década de los 1980s a través de una combinación de ofensivas mediáticas y de presiones económicas.

 

La mención del presidente francés a la soberanía fue el ápice de la actual embestida contra el país, iniciada semanas atrás cuando el gobierno exigió revisar los acuerdos de ayuda dedicados a la preservación. En respuesta los gobiernos de Alemania y Noruega suspendieran las transferencias financieras destinadas al denominado Fondo Amazonia, en una clara represalia.

 

Por esto, entre las Fuerzas Armadas la reacción militar fue unánime. Se inició con el general Eduardo Villas Bôas, indiscutiblemente el principal líder militar en Brasil. En un drástico mensaje posteado en su Twitter, el 22 de agosto, él acuso a Macron de “realizar ataques directos a la soberanía brasileña”. Días antes el periódico O Estado de São Paulo publicó otra nota del General en la cual responde a la furiosa editorial de la revista The Economist publicada el 3 de agosto intitulada, “Velorio para la Amazonia”, indicando que la ofensiva es “orquestada por medio de algunas ONG y organizaciones internacionales que provocan un déficit de soberanía. Lo que me impresiona -afirmó- es que la inteligencia nacional no comprenda esto y tolere esa acción del imperialismo internacional”.   

 

Días después, el comandante del Ejército, general Edson Leal Pujol, en su mensaje de la Orden del Día resaltó la “soberanía de la Amazonía brasileña” y afirmo que los soldados están atentos a cualquier tipo de amenaza que pueda surgir”. El evento fue realizado en el Cuartel General del Ejército, en la capital del país, Brasilia, en la conmemoración del Día del Soldado. Ante la presencia del presidente Jair Bolsonaro, el vice presidente, general (retirado) Hamilton Mourão afirmo: “Guerreros astutos que patrullan los 16 mil kilómetros de nuestra frontera terrestre, nuestros ríos, campos, montañas y bosques, garantizando la soberanía del país. Los incautos que insisten en tutelar los designios de la brasileña Amazonía ¡no se engañen! Los soldados del Ejército de Caxias estarán siempre atentos y vigilantes, listos para defender y repeler cualquier tipo de amenaza”.

 

Por su parte, el general Augusto Heleno, ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) de la presidencia de la Republica, en una reunión con gobernadores de la Amazonía el 17 de agosto, criticó al presidente de Francia Macron, “esa actitud colonialista de Macron, además de lamentable, tiene un pasado triste, 90% de las colonias francesas viven en una situación lamentable. Francia no le puede dar lecciones a nadie. Yo viví el problema en Haití. Haití es colonia francesa. Donde ellos pasaron dejaron un rastro de destrucción, de confusión, de miseria. No pueden dar ese tipo de consejos a nadie. Eso es irresponsable”.

 

Para rematar, el vice general Hamilton Mourão en un artículo titulado “La Amazonía es nuestra” publicado en el diario O Estado de São Paulo el 28 de agosto concluye con: “(…) Nuestra Amazonia continuara siendo brasileña. Nada representa mejor eso que la canción del internacionalmente conocido Centro de Guerra en la Selva: La Amazonia inconquistable/ nuestra vida por su integridad, /nuestra lucha por la fuerza del derecho”.

 

Para enfrentar la intimidación internacional que amenazaba enjuiciar a Brasil acusado de villano ambiental en la reunión del G-7, a realizarse en Francia, el gobierno instaló un gabinete de crisis, integrado por los ministros de Defensa, general Fernando Azevedo, y el del Gabinete Institucional (GSI), Augusto Heleno. Ante la emergencia, el gabinete de crisis exigió al Ministerio de Economía liberar recursos congelados destinados al Ministerio de Defensa, (sector que ha sufrido cortes drásticos en cumplimiento del programa neoliberal gubernamental); al mismo tempo el Presidente emitía un decreto que autoriza el empleo de las Fuerzas Armadas en operaciones de Garantía de la Ley y del Orden (GLO) por un período de un mes.

 

La movilización militar involucra 43 mil hombres de las tres fuerzas con un contingente menor de la fuerza nacional de seguridad, para trabajar en conjunto con el Ministerio del Medio Ambiente, en los estados más afectados por los incendios en la región amazónica.

 

Para no dejar dudas en cuanto a la naturaleza de tal intervención, el portavoz presidencial, general Otávio Rêgo Barros, en una rueda de prensa el día 26 de agosto, enfatizó: “No hay discusión sobre la soberanía del país. Sobre la Amazonia brasileña hablamos los brasileños y las Fuerzas Armadas”.

 

En la misma entrevista, el ministro de la Defensa, Azevedo e Silva destaco que los incendios en la amazonia no tenían la dimensión atribuida por la prensa internacional. La rueda de prensa fue realizada tras una reunión fuera de la agenda con el presidente Jair Bolsonaro, en la cual participaron los comandantes de las tres ramas de las Fuerzas Armadas.

 

Tal protagonismo militar, probablemente, estuvo presente en la reunión del G-7, en la cual el presidente Macron presentó el tema de la Amazonía. Por iniciativa de la canciller alemana, Ángela Merkel, el tono agresivo del presidente francés fue convertido en una oferta de apoyo financiero y técnico para combatir los incendios.

 

La Amazonia y un nuevo proyecto nacional

Evidentemente la movilización militar en la Amazonia no podrá restringirse al momento de la emergencia para apagar los incendios estacionales o el control de la deforestación ilegal, ya que recuperar la soberanía en la región demanda un nuevo proyecto de desarrollo, que garantice condiciones de vida digna para los más de 25 millones de brasileños que habitan el lugar y sufren por su actividad económica, la criminalización del radicalismo ambiental indigenista, más que nada la población indígena. Son esos los ciudadanos indispensables para el ejercicio de la plena soberanía brasileña en la Amazonia.

 

El actual tsunami de histeria desatado por los incendios, por otro lado, puede ser una gran oportunidad para una amplia discusión de los problemas de la Amazonia que implica desarmar las falacias, mitos y mentiras sobre la selva y establecer los requisitos de desarrollo del área mediante la ejecución de grandes proyectos de infraestructura. Además, se requiere un gran esfuerzo de investigación de sus vastos recursos de biodiversidad, para lo que habrá de reunir instituciones de investigación, empresas privadas y el precioso conocimiento tradicional de sus habitantes. En suma, se trata de lanzar una especie de Amazonia Industrial 4.0.

 

Remitiéndonos a las palabras del general Villas Bôas, pronunciadas el 5 de julio de 2018: “Tenemos que ver hacia el frente, recuperar la cohesión nacional y reestablecer una ideología del desarrollo, un sentido de proyecto… El período que atravesamos clama la interrupción de las divisiones inducidas por las políticas identitarias traídas en el vientre de las ideologías contemporáneas, se hace necesario que las instituciones cumplan el papel que les es destinado, lo apremiante es someter las querellas personales e institucionales a los intereses de la nación, para poner a Brasil por encima de todo”.

*MSIa Informa

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